24 agosto 2009

EL VII SALÓN NACIONAL DE HISTORIETA

A continuación reproduzco, como prometí en una entrada anterior, este artículo crítico firmado por Manolo Pérez y publicado en la página central del tabloide quincenal EL MUÑE hace veinte años en el que, además, incluye una entrevista que me realizara entonces con motivo de haber obtenido el premio de historieta dramática inédita y el de la editorial Pablo de la Torriente en el concurso del Salón Nacional de Historieta "Fidel Morales" con la obra EL ÚLTIMO CASO DEL INSPECTOR...
Por esas paradojas de la vida, recién acabo de leer otro artículo del periodista Luís Hernández Serrano del periódico JUVENTUD REBELDE reproducido en el sitio CUBAPERIODISTAS
http://www.cubaperiodistas.cu/noticias/agosto09/21/03.htm donde entrevista a Manolo Pérez, y cuyo título no puede ser más certero y alarmante: LA HISTORIETA ESTÁ EN TERAPIA INTENSIVA EN CUBA. Y no es para menos. Compárese si no: en el primero, hace dos décadas, si bien se reflejan críticamente las deficiencias que aquejaban entonces al género, aun así existían publicaciones e incluso un salón o concurso nacional... Nada, que no es la primera vez que sale el tema a la luz... ¡Y ESPERO QUE NO SEA LA ÚLTIMA!

EL VII SALÓN NACIONAL DE HISTORIETA

Por Manolo Pérez.
El concurso que cada año convoca la UPEC para el género de historietas en sus categorías de dramática y humorística llegó a su VII edición con más penas que glorias. Lamentablemente fue necesario consignar por los integrantes del jurado que: “la participación presentada a concurso en las diferentes modalidades de la Historieta, no refleja en cantidad y calidad el esfuerzo realizado por artistas y editoriales en los últimos años y el que nos corresponde analizar” ¿Las causas? En nuestra opinión, este es el resultado de un débil trabajo de divulgación del evento, ya que no logró mover las potencialidades de los artistas; profesionales y aficionados de todo el país, alrededor de lo que debe representar para todos el más importante evento nacional del año. Lo anterior, unido a la profunda crisis que viene atravesando la Sección especializada de Historietistas, cuya participación estuvo totalmente ausente de los preparativos para esta nueva confrontación de calidad y maestría artística, nos ha llevado a este callejón cerrado que, paradójicamente, está muy lejos de reflejar en modo alguno la realidad existente en el desarrollo del trabajo que vienen realizando en el género más de cincuenta artistas en el país. Sin el impulso de una sección fuerte y capaz, prevemos que los siguientes salones continuarán en este estado depresivo hasta que no tenga razón de existir, o sea sustituído por otro evento más dinámico, capaz de promover esa inquietud dormida. Invitamos a reflexionar sobre esto. Los historietistas de todas partes junto a la UPEC deben proponerse erradicar, de una vez por todas, este estado de cosas para que el futuro sea realmente un reflejo de la dedicación de los artistas del guión, la pluma y el pincel.
SOBRE EL PRIMER PREMIO… HABLA EL GANADOR
Con el título “El último caso del Inspector”, basado en un poema de Luís Rogelio Nogueras “Wichy”, se alzó el auto con el primer premio para historieta inédita y el premio de la editorial PABLO DE LA TORRIENTE en el VII Salón Nacional de Historietas. Su nombre: Francisco Blanco Hernández (Ciudad de La Habana, 1957). Graduado en San Alejandro y la Escuela Nacional de Arte, estudió además en el Instituto Estatal de Arte de Kiev, Urania, URRS, y de grabado en el ISA. Se desempeña como Profesor y Jefe de cátedra de Grabado en la Escuela Vocacional de Arte “Paulita Concepción” del municipio Cerro. Cubierta la presentación le pedimos que nos hablara primero de la mención que obtuvo en ese mismo Salón.
-El texto “De los efectos de las bombas caseras”, en el que se basa el trabajo que obtuvo mención, forma parte de un delicioso libro de Sergio Ramírez, que tuve que leerme de “carretilla” para devolverlo en dos días. Unos meses después sucumbí en una segunda lectura a través de un ejemplar del periódico nicaragüense “Barricada” que reproducía el texto. El resultado fue la versión gráfica en cuatro páginas que publico l revista Pablo La llamo así: versión gráfica, porque no es una adaptación del texto literario, el cual aparece íntegro. Por otra parte no creo que se pueda decir que me he limitado a ilustrar el texto, la ilustración, como tú sabes, es otra cosa bien distinta. Hay quien se ha referido a ella como Cuentorieta, pero este término carece de una clara definición conceptual, al menos para mí. En este y otros trabajos en que he partido de obras literarias he procurado que exista un equilibrio entre textos e imágenes, que se integren armónicamente en la página, aplicando los recursos y convenciones del repertorio historietístico, por eso prefiero hablar de versión grafico-visual del texto literario. Creo que obras como Thelonius”, “De los efectos…”, “Una Muchacha” y “El último caso…” surgen de la voluntad de expresarlos a través del lenguaje gráfico de la historieta, si bien no descarto la utilización de cualquier recurso técnico no tradicional o poco habitual en el género. Aunque, no creo que la literatura sea la única fuente.
Yo observo que aplicas líneas distintas. Tú sabes que a veces se habla mucho del estilo. Estas se diferencian entre sí y de tu tira “Buenos Días, Espejo”, de EL MUÑE.
-Hay, efectivamente diferencias notables. Se debe a que parto del presupuesto de que una idea puede ser expresada de diversas formas, pero, sin duda para cada idea, para cada contenido específico existe una forma concreta capaz de expresarlo con mayor eficacia que las demás, y creo que la tarea –¡condenadamente difícil!- del artista radica en hacerlos coincidir de manera que ambos cuajen en la obra. También mi formación académica ha influido en la posibilidad de abordar técnicamente de manera diversa estas obras. No es que piense que deba hacerse así siempre. Es la que yo he abordado, pero existen otras muchas formas de hacerlo de tanta validez como esta. La tira “B. D., Espejo” representa para mí un pequeño pero valioso espacio en que experimento, a la vez que divertimento, que me ha permitido disciplinarme con el ejercicio sistemático. Toda tira es un reto, que se multiplica cuando en ella y ante el lector aparece un solo personaje de edad y profesión indefinidas, ingenuo a veces, irritable otras, escéptico y optimista, elocuente y lacónico que –como hemos hecho todos alguna vez y algunos siempre_ piensa en voz alta frente al espejo, a sí mismo y a ese “otro yo” que es la conciencia y refleja en alguna medida el mundo que lo rodea.
La tentación del globo, la onomatopeya, se queda a nivel del lector… él tiene que ponerlos, sin embargo está.
-Se ha dicho que el hombre es un ser eminentemente óptico porque recibe del 80 al 90 por ciento de las percepciones a través de la vista. Ello explica que los primeros espectadores del cinematógrafo huyeran despavoridos ante la llegada de la locomotora filmada por los hermanos Lumiére aunque no escucharan el pitazo del tren, y lo mismo puede sucederle –salvando las distancias- al lector de hoy con las viñetas de una historieta o cualquier otra imagen. Para ello solo necesitamos sintonizarlo” con el mensaje, que todos los mecanismos de lectura entren en acción, que conecte todos sus sistemas mentales, una vez sintonizado desplazará la vista por el plano hasta que algo llame su atención: una línea, un texto, una mancha. Así de sencillo, solo que todo elemento percibido ejercerá una determinada reacción emocional en el lector, por lo que la eficiencia del la recepción dependerá de la correcta ubicación de las imágenes a que lo enfrentemos, de su dosificación, de que nada sobre o falte, para causar el efecto deseado. ¿Tienes nuevos planes por el estilo? -Sí, tengo nuevos planes en proyecto, algunos partiendo de textos de García Márquez, otros poemas de Wichy Nogueras que no quiero dejar de hacer, además de cosas en otra línea narrativa con guiones originales. Las esperamos.

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