26 octubre 2009

JOSÉ MARTÍ, ÉSE SOY YO-II

Una selección de las páginas del libro fue expuesta en la sala transitoria del Museo Casa Natal José Martí. La muestra se inauguró en el verano de 2002 con un intercambio de los autores con el público. Para la ocasión el colega y amigo Juan Sánchez http://www.cubarte.cult.cu/paginas/personalidades/quienesquien.detalles.php?pid=624 redactó las palabras de presentación que aparecieron en el modesto plegable que se imprimió a manera de catálogo y que a continuación reproduzco. La historieta, nacida como género moderno de comunicación en Estados Unidos a fines del siglo XIX ha logrado conservar intacto el poderío mágico de sus imágenes. La inteligencia y el humor de los cubanos asimilaron alegremente la temprana “invasión” de estos comics norteamericanos traducidos al español e incorporados como suplementos dominicales por todos los periódicos cubanos. Nos e hizo esperar la voluntad de algunos pioneros para recrear visiones propias del flamente género, más o menos artesanales, y aquellos “muñequitos” se condimentaron entonces a la criolla y se sirvieron para reír o para entretener con sus fábulas aplatanadas. Desde el primer momento, los cubanos se sumaron al gozoso ejercicio creador de la hisorieta, praxis que ha continuado con ejemplar buena salud hasta nuestros días de Revolución. Prueba de ello es la obra del dibujante Francisco Blanco Hernández y su más reciente historieta titulada José Martí, ése soy yo editada a todo color y cuyos originales, trabajados con amoroso rigor iconográfico y estético, se ha decidido mostrar al pueblo habanero en el Museo Casa Natal José Martí, en la calle Paula (actualmente Leonor Pérez). Estos dibujos constituyen una excelente reconstrucción del mundo martiano y su entorno histórico y demuestra que la historieta puede asumir en su realización los más altos niveles de calidad artística, como género noble y valedero de las artes plásticas, y además –como en este caso- tornarse a la par en un instrumento de mucha eficacia comunicativa, eminentemente popular, en el campo de batalla de ideas en que está enfrascada Cuba como lúcido equilibrio del mundo actual, estremecido y traqueteado por la globalización.
Juan Sánchez
Verano, 2002
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Un año más tarde, en enero de 2003, con motivo del 150 aniversario del natalicio del Apóstol, una selección de los originales de la historieta fueron expuestos en la galería “José Antonio Díaz Peláez” de la casi bicentenaria Academia Nacional de Artes Plásticas de “San Alejandro”, acontecimiento lleno de significado, además, por el hecho de que el joven Martí fue alumno de la escuela como lo prueba el registro de matrícula que guarda el archivo de la institución, así como que asistiera Armando Hart Dávalos, director de la Oficina del Programa Martiano, para dejar constituida la Cátedra Martiana adscrita a la Sociedad Cultural José Martí.

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